Cuando pensé que me destruía, que me desmoronaba, que ya estaba en mil pedazos; alguien llego y logro abrirme los ojos. Ese mini regaño que se convirtieron en palabras que en realidad necesitaba escuchar de otra persona que jamás pensé que llegaran, me abrió los ojos y me hizo entender que tengo tanto, pero tanto en mi vida que lo único que me destruye soy yo, yo y mi mente que lo único que hace es jugar conmigo. ¿Pero sabes qué?, entendí que tengo todo, que no me falta nada de nada y que debo vivir los momentos felices e ignorar los tristes o mejor aún, de los momentos tristes o negativos sacar ese pequeño momento bueno convertirlo en lo mas positivo del mundo. Tengo tanto y tanto que ofrecer a este mundo y a mi misma que no me di cuenta por estar hundida en los pensamientos negativos. Ya es tiempo, es tiempo de levantarme de esa cama y decir; ¿sabes qué? Tu puedes con esto y demasiado más, se feliz con todo lo que tienes, que tienes demasiado. No te compares con nadie que aquí la única competencia eres tu mismo, tu y tu mente. Amate, valórate, conócete y disfruta de ti, que cuando hagas te sentirás tan y tan única que feliz que tu brillo jamás se acabará y nadie, absolutamente te lo podrá quitar.