Hay muchas etapas en la vida que deben ser cerradas, muchas son difíciles de cerrar, pero tienes que hacerlo, otras son más sencillas y el tiempo hace que se cierren solas. Siempre recuerda que cuando una etapa cierra, va a comenzar otra y esa otra etapa tienes que vivirla como si fuera la última porque nunca sabrás cuando será el final de ella. Cada etapa te enseña algo que quieres hacer en la próxima y algo que no quieres repetir en ella y en ninguna otra. Llora lo que sufriste al final de tu etapa y cuando comiences la nueva recuerda siempre con una sonrisa todo lo que sucedió y lo mejor de todo lo más feliz que te hizo de ella. Ríe, llora, enójate, pero lo más importante disfruta y pon tu felicidad primero antes de pensar en los demás. Vive cada día como si fuera el último y tal vez vivas mucho más divertida y feliz.
